Cómo hacer un estudio de mercado casero en cuatro pasos

Un estudio de otras boticas, de los aspectos socioeconómicos del barrio y convertirse en un cliente misterioso ayuda a tener información detallada de la competencia y del entorno.

Conocer el barrio y a los vecinos, también quellos que van a otras farmacias, es una información valiosa para crecer. Foto: MARIAM A. MONTESINOS

Explorar el terreno, saber qué nos rodea, conocer a la competencia, coger el pulso al sentir de la zona de influencia… La farmacia que tiene esta información tiene el poder de la galaxia.

Esta valiosa arma se consigue con un análisis de mercado. Y se puede hacer de forma casera sin necesidad de destinar recursos económicos subcontratando a empresas, aunque esto último, por supuesto, es una opción si se quiere y se tienen el dinero.

Para cocinar este estudio en nuestra propia cocina, hay que saber que un estudio de la competencia tienen un peso muy importante en cualquier plan de marketing. «Se ubican en la fase analítica, que se divide en un análisis pormenorizado de lo que sucede dentro de la oficina de farmacia, y otro externo, que apunta al entorno», describe el especialista en gestión de farmacias, Juan Carlos Serra.

El área de influencia del estudio dependerá de los retos y los objetivos de la oficina de farmacia en cuestión. «Lo que hay que analizar es la zona de influencia o barrio en el que está la farmacia, pero si se quiere crecer y ser líder en un ámbito más amplio hay que abrir el radio de actuación de los estudios», añade.

Qué pasa alrededor

Para simplificar, el experto apunta que un estudio de mercado de una oficina de farmacia se puede dividir en cuatro fases, que van a ayudar al titular a saber por dónde centrar sus esfuerzos para ofrecer el mejor servicio y, a la vez, ser competitivo.

  1. Farmacias competidoras. Hay que saber cuántas personas atienden, cómo lo hacen, cómo exponen el producto, qué categorías tienen, qué tipo de cliente, con qué equipo cuentan… Para ello, el farmacéutico puede convertirse en el cliente misterioso.
  2. Radiografía del barrio o zona. Hay que buscar informes sobre los indicadores sociales del barrio o zona de influencia. Un ayuntamiento o algún organismo oficial puede ser una buena fuente. Se recomienda hacer esto para captar a nuevos clientes.
  3. Qué pasa en la calle. Esta fase debe ser permanente. Hay que estar al día de todo lo que sucede en la zona. Si el titular vive allí es mucho más fácil, pero si no reside en esa zona tendrá que hacer compras o moverse para el barrio para estar al día.
  4. Otros competidores. Herbolarios, tiendas de dietética y parafarmacias deben ser visitados por ese el cliente misterioso. Eso sí, hay que saber ser un buen espía. Por eso, no debe hacer fotos y debe comprar algo para no levantar sospechas.

Por último, Serra pone sobre la mesa una recomendación determinante que es que el titular de la farmacia, además de todas las fases anteriores, esté muy atento a todas las tendencias que aparecen en la sociedad y a las novedades que salen en los laboratorios para ser los primeros.

Para Serra, una farmacia siempre tiene que tener rapidez, diferenciación, precio y servicio, pero tampoco puede faltar un buen servicio de espionaje de los alrededores.

Artículo original